Un día extraño, bonito y tranquilo, un día sin más pretensiones que disfrutar de la gente que es incondicional, en un paraje de ensueño, con un río muchas piedras... un lugar al abrigo del sol, un espacio para creernos en un lugar mágico, lejos de la realidad...
Y tras muchos saltos en la rayuela, al final llega a un número sin número, acepta él infinito como cifra perfecta, donde el imperfecto del verbo, nos introducen en un paraje espectacular... las plantas, el cielo... todo lo vivo vibra... los pájaros se van y el olor a lluvía viene de las nubes.
A veces, nos damos cuenta, y es mejor tarde que nunca, que a veces, solo tenemos que estar acompañados de esas personas que apreciamos, que admiramos, y con las que nos gusta compartir nuestros momentos...
El avismo de la locura, sigue ahí, acechándonos, mirándonos desde lo alto de su pedestal, nos volteamos, nos giramos hacia atrás y vemos las sonrisas burlonas de los espejísmos de colores.
Y quiza nunca nadie tenga un respuesta concreta ante lo desconocido, a quizá solo sea que lo conocemos demasíado bien...
La mezcla y la chispa, hacen explosión en un arcoíris lleno de recuerdos, de momentos fantásticos... somos capaces de creernos lo que ni si quiera llegamos a imaginar, pero a veces, cuando uno se deja llevar, no se sabe hasta donde los llevará.
Y tras muchos saltos en la rayuela, al final llega a un número sin número, acepta él infinito como cifra perfecta, donde el imperfecto del verbo, nos introducen en un paraje espectacular... las plantas, el cielo... todo lo vivo vibra... los pájaros se van y el olor a lluvía viene de las nubes.
A veces, nos damos cuenta, y es mejor tarde que nunca, que a veces, solo tenemos que estar acompañados de esas personas que apreciamos, que admiramos, y con las que nos gusta compartir nuestros momentos...
El avismo de la locura, sigue ahí, acechándonos, mirándonos desde lo alto de su pedestal, nos volteamos, nos giramos hacia atrás y vemos las sonrisas burlonas de los espejísmos de colores.
Y quiza nunca nadie tenga un respuesta concreta ante lo desconocido, a quizá solo sea que lo conocemos demasíado bien...
La mezcla y la chispa, hacen explosión en un arcoíris lleno de recuerdos, de momentos fantásticos... somos capaces de creernos lo que ni si quiera llegamos a imaginar, pero a veces, cuando uno se deja llevar, no se sabe hasta donde los llevará.